La quiebra de
Rhythm & Hues, unas semanas antes que le otorgara el premio de la academia por mejore efectos visuales, ciertamente es lamentable; más si se habla de una competencia desleal con relación a los beneficios fiscales o la insignificante posición del estudio frente a la producción o incluso de la mala gestión por parte de
Rhythm & Hues, lo cierto es que se había dejando de lado la parte humana del asunto; de ello trata profundamente el documental, protagonizado por los ex-empleados del estudio.
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